“Marx, en su ‘Critica del Programma de Gotha’, se alzó indignado contra el resabio de las doctrinas de Lassalle que habia en aquella frase del Programma que decía que frente a la clase obrera “todas las demás clases non forman más que una masa reaccionaria”. La Internacional Comunista ha llevado este principio más allá aún de lo que Lassalle hubiese pensado. Marx criticó la idea de que la sociedad se dividiá, matemáticamente, en dos campos: a un lado, la clase trabajadora, y al otro lado, todas las demás clases formando un bloque reaccionario. Lassalle, si bien era dialéctico – era un discípulo de Hegel – no había logrado dar a la diálectica el sentido materialista que Marx aplicó a toda su doctrina. La burguesía ha sido una fuerza revolucionaria con relación al feudalismo. La pequeña burguesía, en determinados momentos, puede ser un factor revolucionario que ayude a la clase trabajadora. Si Lenin no hubiera tenido en cuenta esta crítica de Marx, si él hubiera creído también que frente al proletariado las demás clases no forman más que una masa reaccionaria, la Revolución de octubre no hubiese triunfado nunca. A la victoria del proletariado ruso contribuyeron dos importantes fuerzas burguesas: los campesinos y el movimiento de liberación nacional. Sin estos dos apoyos, la Revolución rusa no existiría. Lenin dijo en 1915 – y porque lo creyó así pudo trionfar 1917 – que “la revolución socialista en Europa ‘no puede’ ser otra cosa que una explosión de la lucha de masas de todos aquellos que están oprimidos y descontentos, sean quienes fueren. Sectores de la pequeña burguesía y de los obreros atrasados tomarán parte fatalmente. Sin su participación la lucha de masas es imposible, ninguna revolución es posible”” [Joaquín Maurín, Revolución y contrarrevolución en España, 1966]
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- Articolo pubblicato:28 Novembre 2011