“Hoy, esas mismas clases, opinando como opinaban ayer los reyes y zares, se consideran gobernantes por derecho propio. Quieren mantenerse a toda costa y oponen a la sociedad los propios recursos que la sociedad pone a su disposición. “Cuando acuden ahora los burgueses a la fuerza para preservar de la ruina la ‘situacíon económica’ que se hunde, demuestran que son víctimas de la misma ilusíon que M. Dühring, que las condiciones políticas son la causa terminante de la situación económica; es decir, que se imaginan poder transformar valiéndose de la ‘primordial’ ayuda de ‘la fuerza política inmediata’ esos fenómenos de orden secundario, lo que equivale a querer destruir con cañones Krupp y fusiles Mauser los efectos económicos de la máquina de vapor y del mecanismo que ella pone en movimiento, así como del comercio mundial y el sistema actual de los bancos y el crédito”, dice Engels en su obra famosa el ‘Anti-Dühring’, allá por el año 1877, cuando la clase obrera no había olvidado las páginas de la Comuna, las masacres en las calles de París por las tropas de Versalles. Sabemos que la capacidad de resistencia y la envergadura misma de las instituciones democráticas están en todos los países en relacíon directa con el desarrollo económico.”Donde la burguesía ocupa un lugar importante en la vida económica, lo ocupa también en la esfera politica”” (pag 156) [Humberto Mendoza, Una crítica de izquierda al Frente Popular chileno] [in ‘El marxismo en América Latina. Antología, desde 1909 hasta nuestros días (edición actualizada)’ a cura di Michael Löwy, 2007]
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- Articolo pubblicato:2 Novembre 2012